martes, 16 de junio de 2009

"Brevedades" (I)








Lo importante es no olvidar que se sube porque se estaba abajo, que casi nunca se avanza solo, que hay camino porque otros lo recorrieron antes, y que se termina deseando volver…

lunes, 8 de junio de 2009

Continuación entrada 3 de octubre de 2008: UN COMIENZO

...

- ¿cómo ha dicho que se llama?
- Pedro; dile a tu madre que soy Pedro.
- Pasa Pedro. Puedes esperarla en el salón.

Los pasos de mi hija subiendo a la carrera la escalera se me antojaron campanas redoblando duelo. Párate Carmina, párate. Deseaba con toda mi alma que se detuviera en seco el sonido sordo de los pies de mi hija en los escalones alfombrados. Así sonaban sus pasos, los de Pedro, en nuestros encuentros furtivos hacía ya ¡treinta y cinco años! El pequeño motel de carretera también tenía la escalera cubierta por una roída y descolorida moqueta que apenas amortiguaba su impetuoso 45 de pie.
- ¡Mamá! ¡Ha venido Pedro! ¡Yo me marcho a la biblioteca! ¡Hasta luego!

¿Cómo podía dejarme sola esta niña inconsciente? Cría cuervos, pensé. Ya no había salida. Tenía que bajar. ¿Por dónde empezar? ¿Cuál sería la primera pregunta, el primer reproche, la primera mentira?
Me armé de orgullo y de falsa entereza, como si hubiera superado todo hace mucho tiempo y ya no me acordara de nada, y salí de mi cuarto a tiempo de ver a mi hija bajar como una exhalación camino de la puerta.
- Adiós Pedro, encantada de conocerte. Mi madre bajará enseguida.
- Adiós, gracias.

Me miré en el espejo del pasillo y me di cuenta de golpe que ya no era la joven a la que abarcaba Pedro en esos abrazos inconmensurables. Sentí miedo, algo de vergüenza, y sobre todo impotencia contra el ofensivo paso del tiempo. Pero ya no había solución… Me reí delante de mi reflejo, ¿cirugía estética de urgencia? ¿magia? ¡qué más da Carmen! Él está ahí abajo, y tampoco será el cuerpo impresionante en el que soñabas perderte para siempre.
Bajé la escalera. Sin prisa. Todo me adelantaba: mis ganas de verle, mi emoción, los latidos del corazón en las sienes, mis pensamientos sobre la primera palabra. ¿Cuántos escalones tiene esta maldita escalera?

(continuará??)

lunes, 1 de junio de 2009

Peroratas con destinatario


Pura, pera, pero, perorata.
Anda, que viene detrás quien te espanta.
Pira, paro, para, paradoja.
Corre, que te sigue quien te enoja.

¿Sabes que eres tú?
Cuando lo leas siéntete aludido.
Podrido de malos sentimientos,
hediondo de maquiavelismo insano,
culebra de los teclados,
mala persona.

Puro, pira, pare, parentesco.
Ya te puedes ir con viento fresco.
Peri, poro, Puri, Perú.
Tengo más que TÚ.