Son traicioneras, de dudosa estirpe.
Muerden la paciente espera y la tiñen
de color oscuro.
Desequilibran el temple de la templanza,
y el sereno canto de la añoranza
lo vuelven mudo.
Invaden tu oído de historias huecas
soplando mentiras a tu certeza
para volverte loca.
Y no son más que expectativas rotas.
Qué importante no esperar nada
para vivir el aquí y ahora...