Es un abismo.
Lo sé que así lo vives.
Siento lo mismo.
Y mientras yo me tiro
tú te lo piensas,
formando una muralla
con la inconsciencia
de ignorar las realidades
para evitarlas.
Son casualidades
las que te atrapan.
Yo no sé escribir tu nombre
sin arrobarme.
Me cuesta ser realista
y equilibrarme.
Por eso he decidido
arriar las velas,
subir los remos,
soltar amarras,
quedar al pairo
y mirar la orilla.
Vaya ironía.
Yo que nunca supe
vivir al día...