miércoles, 30 de marzo de 2011

BREVEDADES (VI)



No me ignores corazón.
No te atrevas a olvidarme.
Soy la incómoda razón,
y ya no quiero salvarte.

martes, 29 de marzo de 2011

Mis etapas

Se ha despertado mi yo más profundo,
ya vive.
Ha vencido a la desidia, al miedo,
y por su cuenta escribe.

Cuenta que gusta ya de no sentirse solo,
ni triste.
Que le halaga la atención prestada
por quienes le siguen.

Y que ya no le importa no controlar lo que pasa,
no lo intenta.
Se deja llevar por la vida incesante
¡¡de los cuarenta!!

domingo, 27 de marzo de 2011

Un final... cualquiera

Caminó durante horas. Perdido en el ruidoso discurrir de la ciudad, pensó mil veces cuál debería ser su decisión final. Irse. Quedarse. Sabía que no habría caminos intermedios. Sin darse cuenta se encontró frente a su portal. Sus pies habían caminado por él. ¿Habían decidido también? Subió la escalera. Abrió la puerta. Y en el rincón de la entrada abandonó su ser. Junto al paragüero. Fue consciente en ese mismo instante de que merecía la pena renunciar a sí mismo para dar vida a los que albergaba aquella casa.

jueves, 24 de marzo de 2011

Tapa tu alma vana

Quieres saber de mí más que yo,
y eso… eso no puede ser.
No puede ser que hayas sido
el hilo con que yo he tejido
lo que tú no puedes ver.

Quieres cantar por mí mi canción,
y esa… esa ni la vas a oler.
No vas a oler el aroma
de la magia que se asoma
a lo que tú no sabes, y fue.

Ya puedes inventar tu cuento,
hacer creer a la gente
que fuiste testigo indecente
de lo que quieras vender.

Yo no te compro un Perú.
Por muy grande que tú seas,
un detalle, en mí, una odisea,
mucho más grande que tú.

Te vas a quedar con las ganas.
Así que inventa, inventa…
…y tapa tu alma vana.

martes, 22 de marzo de 2011

BREVEDADES (V)

¿A qué lugar nos conduce este viaje?
Ésa era la pregunta que parpadeaba levemente en la pantalla del ordenador.
No había respuesta.
Nadie al otro lado contestaba semejante diatriba vital.
Pero entonces, un pensamiento se apoderó de mí: "no importa el destino, importa el camino, y quiero ir contigo. Adonde sea.”

Trán trán.



Suenan nuevos aires turbulentos,
justo al pasar la montaña;
vienen de lejos, son sones lentos
de quien ya nadie le engaña.

Trán trán, trán trán.
Ya no me hieres.
Trán trán, trán trán.
Porque no puedes.

viernes, 18 de marzo de 2011

Va por ti, Susana









Te fuiste demostrando cosas.
Hasta el final derrochaste de todo.
Entereza de vida,
alegría, consuelo,
esperanza, fuerza.
No querías duelo.

Te atropelló la vida a destiempo.
Y nadie ocupará tu sitio.
Solo tú. Desde el rincón secreto.

Yo me quedé con las ganas.
Como muchos. Como todos.
Y hoy te eché de menos.
Tanto que me dolió el alma.
Y lloré por mí.
Por los que se quedan.
Por los que nos quedamos.
Sin ti.

sábado, 12 de marzo de 2011

La verdad es lo que tiene, no es más bonita ni más fea, es verdad y punto....

Al pasar el tiempo, igual que el agua hirviendo se enfría, nuestros recuerdos se matizan, y clasificamos los sentimientos vividos, los buenos y los malos, sin hacer justicia a la intensidad que alcanzaron. Después, algunas veces, con mucha suerte, recuperamos en fugaces instantes la sensación original de aquello que hemos vivido, y volvemos brevemente a esas experiencias por las que mereció la pena dejar parte de nosotros mismos por el camino.

Recordar lo bueno y lo malo nos edifica, nos fortalece, nos permite afrontar el devenir imparable de nuestra existencia sin miedo. Es la defensa humana contra la “insoportable levedad del ser” que no nos atrevemos a formular con palabras más que cuando nos chocamos de frente con la realidad de la vida.

Y lo único que parece importante ante este panorama es cambiar la función de nuestros sentidos: dejar de ver con la vista, dejar de oír con los oídos, dejar de tocar con las manos… Por eso ya no me engañas... porque no te escuchan mis oídos, te escucha mi corazón... porque no te miran mis ojos, te mira mi alma.

Y eso que fue escrito para inmortalizar sentimientos bellísimos, sirve igualmente para advertir a los que te amenazan a ti o a los que tú más quieres.

Pero como todo ha sido dicho antes, ni siquiera hacía falta este corto esfuerzo, porque puedo concluir con las palabras de otro:

Dices que tienes corazón,
y sólo lo dices porque sientes sus latidos;
eso no es corazón..., es una máquina
que al compás que se mueve hace ruido.
(Gustavo Adolfo Bécquer)

Siempre amanece, pero al final estamos solos, y solo llevaremos lo que hemos sido.

Hoy, aquí, ahora

Y siendo tu estela tan clara, y tu voz tan intensa,
consternaste las brisas que te envolvían
dejando al descubierto tu alma.






Pero nadie puede atraparte ahora.

viernes, 4 de marzo de 2011

en stand by

No es sequía, es hastío.
No es cansancio, es impotencia.
No es dolor, es frío.
No es soledad, es aburrimiento.
No es mío, es común.