viernes, 29 de abril de 2011

Mi hermano

Hermano.
 Qué palabra más simple para decir tanto.
Siempre que me atropella la vida,
y aunque tú no lo sepas,
en saber que estás me cobijo.
En tu presencia templada me miro,
en tu brillante franqueza,
y en tu absoluta nobleza,
yo me inspiro.
De siempre me dijo mamá:
tu hermano ha de estar más tiempo que yo contigo...
La vida pasa sin darnos cuenta
y ya vas cuatro por delante del cuarenta.
Y ahí sigues. Cercano. Atento. Conmigo.
Mi hermano. Mi amigo.
Feliz cumpleaños, Vito.

jueves, 28 de abril de 2011

Creo

Creo en ti,
amor propio todopoderoso,
en el reflejo perverso de ese espejo
que me devuelve siempre mi propia mirada.
Creo en la fuerza del detalle,
en la comunión de espíritus,
en el amor a primera vista
y en la profundidad de una lágrima.
Creo en los sueños que se persiguen,
en la gente que se entrega
a los que no se lo piden
y en la sabiduría de la edad.
Profundamente creo en los demás.
Creo en la explosión fugaz de un gesto amable,
en las palabras cuidadas,
y en los silencios buscados
que comparten soledad.
Y creo en lo inesperado,
en la inmensa oportunidad de estar vivo
para seguir frente al perverso espejo
y no sentir vergüenza al mirar.

martes, 26 de abril de 2011

Otro más...

Noche nerudiana de versos tristes.
Me pierdo en esta inmensidad internauta
esperando a una estrella incauta
que, como quien de ilusión se viste,
se vista; y me devuelva mi risa.
Hoy no me encuentro.
Se ha desmoronado el cuento
de pensar que nunca nos toca,
y doy vueltas a una razón loca
que no evita el movimiento.
Lo siento.
Los de los amigos no son despidos,
son lamentos.
Y lo que un día decía en prosa,
ahora lo digo en verso,
¡Joder con la cosa!

No los vendo

¿A dónde van a dormir los sueños?
¿Y por qué duermen?
¿Acaso no es durmiendo como florecen?

¿A quién hay que pedirle cuentas
de lo que sueñas?
¿Quién te devuelve el sueño cuando se pierde?
¿Y cuánto vale?
¿Le han puesto precio?
¿No será que lo venden sólo los necios?
Yo no los vendo.

Y dos.

lunes, 25 de abril de 2011

Amor en silencio

Silabea el silencio tu nombre cuando no miras,
y atrapa en un suspiro tus iniciales
sin confundirse de pecho; son sus señales.
Y aunque el silencio ama en silencio
por ti es capaz de transformarse en ruido.
Será un chillido que caiga en tu escote,
ribeteando de sueños tu cuello
y dibujando un olor nuevo
que nunca se agote.

Para que siempre acompañe al silencio tu aroma.

jueves, 21 de abril de 2011

Mar traicionera

Brava la mar
aúlla indómita
se vuelve inhóspita
por no claudicar.
Recoge en su cuerpo
la inquietud del agua,
arrolla la arena
que se va a tragar.
Esconde en su vientre
el vacío más puro.
Arriba está la guerra,
debajo la paz.
Y envolviéndolo todo,
el viento se ríe.
Que nadie se fíe,
de la brava mar.

miércoles, 20 de abril de 2011

Lunar en el alma

Siempre se esconde.
En los sitios que menos esperas.
Diluido en los rostros que te acompañan.
Y va contigo en tu misma entraña
hasta formar con tu nombre una quimera
que el diccionario define como imposible.
Pues se equivoca.
¿A quién le toca?
Los besos no sólo se dan con la boca…

martes, 19 de abril de 2011

Una brevedad sin numerar...

Muéveme el mundo, aunque sea un segundo,
 que yo entienda que vivir es desafiar las sombras;
y ampárame luego en mi caída,
 porque caeré, porque así es la vida.
Y no dejes nunca que manchen mi nombre,
 el que escribiste mil veces donde nada se esconde.
Permíteme inventar historias de cuento,
 y contar los momentos hasta poderlos cantar.
 Que ya lo han dicho los grandes poetas: la vida es sueño.
 Déjame soñar.

lunes, 18 de abril de 2011

¿Por qué puedes?





En mis sueños,
al sabor de mis besos puedo transformarte
y al ritmo de un largo abrazo, apasionarte.
¿Y al compás de mi voz?
¿Puedes escuchar mis versos
sin rendirte a su calor?
Puedes escuchar mis versos,
sin rendirte a su calor.
¡Puedes!
Me vuelvo al rincón secreto de mi ignorancia,
donde el absurdo es posible,
mis sueños son tangibles
y no hay lugar a la arrogancia
de sentirse solo sin razón expresa.
Otra torpeza.
Habré de vivir cien veces.
Yo me vuelvo a mi rincón,
donde la mañana es el primer plano
de una película nueva.
¡Arriba el telón!

domingo, 17 de abril de 2011

Ruido sordo

Rumor de olas,
que la tarde te engrandece
y cuando la mar crece
tú la ilusionas
con una puesta de sol
de mil naranjas
y un rojo intenso de corazón.
Anda y ve rumor,
rumor de olas,
a decirle que esta noche
no quiero estar sola.

viernes, 15 de abril de 2011

Poema sin final















De la luz que me das me privas cuando tú quieres,
y al asomo inesperado me rindo.
Son ilusiones.
Lo que no sé lo completo con invenciones
que no hacen justicia a mis emociones
y derraman mentiras en esta historia.
Como una noria.
Da vueltas mi cabeza
a tres mil opciones
hasta una certeza:
- si al mirarme ves mi alma...
no hay tiempo que lo merezca.

miércoles, 13 de abril de 2011

Otra mañana


Al despertar se desdibujó su rostro, ese que tan definido conseguía ella pintar en sueños, y anduvo perdida en el duermevela, intentando volver a dormir; volver y preguntar su nombre. Se esfumó como el humo. Se deshizo la certeza absoluta de su entrega. Ya no soñaba. Vivía. Intentó recrear la seguridad de sus palabras, el calor evocado por sus letras, la infantil emoción de su primera entrada. Pero tampoco así se dormía. Se acunó a sí misma hecha un ovillo, cerrándose a la mañana con todo su cuerpo, apretando los ojos para evitar que entrara la más mínima luz que le despertara completamente de aquella noche larga…
Al fin dejó de luchar. Estiró las piernas. Se desperezó con fuerza, y abrió los ojos claros y entornados en una mueca de fingido enfado. Pero no era enfado lo que sentía. Sonrió, se levantó y fue tarareando a la ducha. Odiaba ducharse por las mañanas temprano…

BREVEDADES (IX)

Se cubrirá de nubes la intensa mañana,
enmudecerán los pájaros de mi ventana,
golpearán mi puerta los viejos temores,
y no pararé. Mientras te asomes.

lunes, 11 de abril de 2011

Cuatro palabras

Silencio ingrato, indescifrable,
que confundes a los vulnerables.
Alimentas un sueño y destruyes otro,
porque de vivir no entiendes
y de morir tampoco.
Me asomé al profundo vacío de tu mirada
y vislumbré en el fondo cuatro palabras

sábado, 9 de abril de 2011

BREVEDADES (VIII)

Hoy amaneció de nuevo y yo estaba dormida.
Hay cosas grandiosas que ocurren sin testigos.

miércoles, 6 de abril de 2011

Más pierdes tú

Suele ser más tarde, cuando atardece.
Ese momento extraño en el que me pierdo
en recuerdos que empiezan con el pie izquierdo
y quiero estar ajena a lo que acontece.
No nos mereces.
La vida se pasa. Como un suspiro
de los que sacas a mi pecho en momentos
en que no te importa sacar trescientos
a esos que yo fabriqué contigo.
Vaya vampiro.
Ya no me importa ver al trasluz,
porque más pierde el que más se quiere,
que gana el que por amor no hiere,
y de momento ese no eres tú.
Será tu cruz.

martes, 5 de abril de 2011

Carta abierta en tiempos de crisis, y permitidme un par de tacos

Hoy no he podido buscar el lado positivo, no lo había. Una compañera, una profesional como la copa de un pino, ha recibido el finiquito como muestra de agradecimiento a horas y horas de entrega sin entonar, nunca, un lamento. Dando mucho más de lo que se esperaba, mucho más de lo que su sueldo merecía. ¿Es esto consecuencia de la crisis? Pues será. Me lo creo…

Pero es que otros muchos han salido por delante, y más saldrán, saldremos, detrás. A algunos no hay forma de sustituirlos, pero tampoco se quiere. Eran ases en lo que hacían, y ya… ya no hace falta, eso dicen. ¡Qué sabrán!
Espero que algunos tengan la suerte de salir por su propio pie para cambiar de proyecto, cambiar de ambiente, de aires… Por su bien. ¡Ojalá!

Que sí, que sí, que yo me lo creo. Que en todos sitios está la cosa igual.
Que si no hacen esto no hay quien enmiende la cosa. Que la cosa está yendo a peor. Que la cosa no tiene arreglo, que hay que ver cómo está la cosa… ¡Joder con la cosa!

Otro cuento que me creo a pies juntillas: lo más importante de una empresa es el capital humano… Que se dejen de coñas y le quiten ya el adjetivo. Lo importante es el capital, y punto.

Pero la peor consecuencia de esta puta crisis no son los despidos, ni las familias asfixiadas, ni la hambruna social que empieza a ser cada vez más evidente en las calles, en los semáforos… Lo peor no son las relaciones deterioradas entre compañeros que se miran con recelo; no es la tragedia social del futuro de los jóvenes truncado a destiempo; no es la desmotivación, o la depresión, o el miedo. No. Lo peor es que se acentúan mucho, muchísimo más, las diferencias, y que los buitres tienen todo el campo abonado de cadáveres para darse un festín.

Mi querida compañera. Te deseo toda la suerte del mundo. A tu valía profesional sólo la supera tu valía personal, y eso no puede ser para nada.
Que sepas que los chinos se han equivocado. 2011 no es el año del conejo. Es el año de la mula y del buitre. La mayoría somos mulas, vamos tirando como podemos. Y los buitres… de los buitres me voy hoy a reservar mi desbocada inspiración prosaica.

Me vuelvo al verso…

lunes, 4 de abril de 2011

Ojalá los versos volaran...

Hoy pienso en ti, amiga mía.
Llegó el momento de la partida
que nadie quiere jugar.
Pero por quien te dio la vida,
vas a ganar.
Saldrá tu alma fortalecida,
cegando al mundo con tu sonrisa,
otra vez.
Hazlo por él.
Porque ya nada será lo mismo,
y aunque parezca un abismo,
hazlo por ti.
Y si la pena se ceba injusta,
aquí estoy yo,
que ya aprendimos a llorar juntas.

Teclado por letra

De momento


Si te cuento mis sueños
te descubro mi alma,
mi yo más profundo,
mi sabor interno,
mis secretos ocultos,
mis pensamientos.
Por eso no te los cuento.
De momento.

domingo, 3 de abril de 2011

Quisiera ahorrarte tanto...

Quisiera encontrar la manera
de arrancar el llanto a tus ojos.
Allanar tu crecer,
silenciar tu dolor,
convertir mi mano en tu puerto,
mi pecho en tu lecho
                                                      y en tu consuelo mi amor.

                                                      Quisiera mil veces morir
                                                      si con eso te evitara
                                                      golpes de realidad,
                                                      vientos de incomprensión.
                                                      Haría con el cielo una manta
                                                      con la luna tu cuna
                                                      y un cojín con mi pasión.

                                                     Para que siempre sonrías
                                                     con la intensidad de sol.

sábado, 2 de abril de 2011

BREVEDADES (VII)


Pasa, que al mirar atrás hay experiencias que te arrancan un gesto casi espontáneo de la cara. Muchas veces es una sonrisa, incluso una carcajada. Otras, cierras los ojos para evitar hasta el recuerdo. Algunas de esas experiencias, con el tiempo se matizan, y mientras antes te torcían el gesto, ahora te evocan una tierna mueca de añoranza. Éstas últimas casi siempre se refieren a sucesos de juventud que van perdiendo dimensión a medida que se crece. Y hay recuerdos de momentos, que por más tiempo que pase, siempre te abren un vacío enorme en el pecho. Pero de todo se aprende. Somos el resultado de lo que han modelado todas esas experiencias. De las buenas, y sobre todo de las malas. Y si alguien pretende evitar las malas, dejará de crecer, y así, dejará de vivir.

El retorno

El cristal del vagón era como un agujero negro para sus pensamientos. No podía dejar de mirar a través de él. El paisaje rallaba su retina dejando una foto movida en su memoria. Tampoco es que estuviera realmente mirando lo que pasaba. Allá al fondo, junto al horizonte, las cosas se movían menos, como si se hubieran rebelado contra la insolente velocidad del mundo. Nadie estaba pendiente de ella, y se sentia libre para imaginar cualquier cosa. Se recreó en los momentos vividos unas horas antes, en los detalles, en las palabras dichas, en las sobreentendidas, en la magia compartida. Se sumió en el sopor del romanticismo que derrochaba aquella estampa sacada de tiempos pasados al otro lado del cristal. Y entonces escuchó su voz en el asiento de al lado: ¿confías en mi? Al cien por cien. Se equivocaba.