Permíteme que hoy
llore contigo,
déjame caer junto
a ti en tu pena.
Hoy no quiero ser
pilar de nadie,
ni viento de
ninguna vela,
ni el lado positivo,
ni la mano
abierta.
Hoy me cierro
contigo en tu lamento.
Qué lento el
tiempo para el que lamenta.
Qué largas las
noches.
Qué fría la cama.
Qué injusta la
vida.
Qué tremenda
farsa.
Permíteme
acompañarte este rato
para ahorrarle este
rato a tu alma.
Y después
permíteme que te levante
aunque no
quieras,
déjame que te
empuje a la vida,
que te recuerde
lo importante.
Ya sé que lo
sabes amiga.
Por eso ahora,
a tu ritmo,
cuando estés
preparada.
abre los ojos.
Y vive.