martes, 9 de enero de 2018

Y llorar no me consuela

En el vacío absorto de la pena ajena
bailan mis temores y me condeno
a medrar en carne propia ese mismo averno
que en otra carne amiga ahora se encadena.

Y mientras,
el eco en mi pecho se evade con canciones
buscando el consuelo donde no se encuentra,
porque no existe calor tan fuerte que comprenda
y caliente el enredo de mis emociones.

Lloro por ti que has perdido.
Por mí que no quiero perder.
Por lo que pudo ser y no ha sido.
Por lo que seguro va a ser.

Pero llorar no me consuela.


No hay comentarios: