Es la repercusión consciente la que me llena,
la que me atrapa, la que me invita,
la que me enciende una llama plena
y se divierte con quien critica.
Es el vaivén de los días el que me intriga,
el que me apasiona, el que me empuja.
Es la caprichosa evolución de la vida
y sus sorpresas las que me embrujan.
Es tu sonrisa al llegar a casa,
tu abrazo intenso,
tus besos mojados,
tu amor incondicional,
tu “mamá, qué te pasa”,
y tu mensaje oportuno,
y tu oportuno silencio,
y tus buenos días,
y tus canciones,
y tus miradas,
y tus cabreos,
y tus llamadas.
Me encuentro y me vivo en ti
porque me afectas.
En ti, que te tengo.
En ti, que te fuiste.
Y en ti, que me olvidaste.
Ahora también en ti,
que te echo de menos,
y en ti, que me esperas,
y no puedo olvidarte a ti,
que te preocupas,
ni a ti, que te enfadaste.
Me miro y me disfruto en ti
que no conoces distancias;
me veo en ti que me completas;
me oigo en ti que me entiendes;
y me siento en ti que me veneras.
A ti que me odias, por odiarme,
y a ti que me amas, por amarme,
y a ti que me ignoras,
a ti te brindo mi vida entera.
Yo soy la mar y yo soy la ola,
porque yo soy contigo
quiera o no quiera.
2 comentarios:
Sólo por verte y disfrutarte así , ha merecido la pena la apuesta y el esfuerzo. Te quiero amiga!!
No me imagino mejor compañera en este viaje al infinito amiga mía!
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