Se han
quedado en ese mismo ocaso,
de esa playa
prestada con fuertes defensas,
la misma
que presenció tus afrentas,
tus gestas,
tus risas y tus malos pasos.
Se han
quedado colgando del cielo
el
rumor del aire desarbolando tus velas,
y el del
agua vaciando tu foso.
A un
paso de nada,
a un
paso de todo.
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