Cuando quedo al pairo de mis pensamientos
y no valen los barnices que me
tapan.
cuando me miro al espejo
inconformista
y el reflejo reta a mi propia
mirada.
Es cuando salgo a la calle y busco
un rostro.
o al abrir los ojos canto a la
mañana.
Ahí es cuando me rindo a la evidencia
que juega cada amanecer en mi almohada.
No es nada.
¿Y entonces?
¿Por qué echo de menos nada?
No hay comentarios:
Publicar un comentario