domingo, 10 de enero de 2010

A esa que fui...


Te esperaré en la playa, justo donde rompen las olas, donde se encuentra el mar con su destino.
Te esperaré en la playa pegada a la arena que te brindé llena de poesía.
Te esperaré en la playa, bajo la sombra de alguna nube que dé una corta tregua a mi impaciencia.
Allí liberaremos la angustia de sentirnos solos entre tanta gente,
golpearemos el designio de nuestras vidas,
voltearemos las escrituras,
despintaremos el futuro,
y construiremos, por fin juntos, un color nuevo,
un brillante, intenso y portentoso color nuevo que venderemos muy barato al arco iris.

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