jueves, 7 de enero de 2010

Todo es Huelva


Mujer de blanca melena en la mañana,
de claridad cegadora y luz reflejada
en escarpados cerros que añoran ser sierra.

De vientre llagado con heridas paganas,
henchidas de sangre y piedras pintadas
que afloran de donde la luz se encierra.

Vestusta dignidad de pueblo que engalana
la dura travesía de su historia pasada
y a sus tópicos típicos se aferra.

Valle preñado de cosecha temprana,
testigo ingrato de evolución malograda,
víctima muda de una sorda guerra.

Y por fin lengua inmensa de arena,
inabarcable pradera de agua salada.
Fin y principio, luz y sombra. Mi tierra.










No hay comentarios: